sábado, 25 de agosto de 2007

Desintegración de las microsporas en el iris diseccionado




En nuestros cuerpos ocurren procesos desconocidos. La ciencia que estudia las relaciones entre los diversos componentes que conforman nuestro organismo ha avanzado excepcionalmente en el último siglo y tal vez desde un punto anterior.
Podemos así analizar las deficiencias del cuerpo humano, prevenir o curar enfermedades y mejorarlo su rendimiento con diversas técnicas, pero, obviamente sólo estamos buceando a unos pocos metros de un profundo océano.
Las millones de variables que conforman, modifican y moldean a un individuo son imposibles de analizar por otro con las mismas capacidades, es tan paradójico como una obra de arte creándose a si misma. Aún así, ¿Al final no somos en gran parte consecuencia de un minúscula cadenita de información genética?

Fig.1: Percepción

La mayoría de los procesos (sino todos) de formación y crecimiento físico, químico y hormonal están programadas por ésta y sus mutaciones.
Teóricamente podría crearse entonces un modelo que evalué el comportamiento humano de algún individuo en particular, para esto deberían conocerse todas las condiciones iniciales y conocer toda la información completa del medio que interactúa con el sujeto u objeto observado. Claro que la capacidad y conocimiento de este ser observador deberían ser casi infinitas. Es completamente lógico pensar de esta manera de “reducción mecánica”.
Pero, podría en este caso medirse (como pueden mesurarse las sustancias o las interacciones energéticas o lo que sea que desconocemos y nunca conoceremos) el grado de felicidad, de odio, de alegría de determinado individuo.
En este punto esta división o discriminación de estados se vuelve irracional, ya que solo serian determinadas cantidades o proporciones de unidades mínimas que en conjunto provocarían un estado particular.



Fig.2: Procesamiento

Si es así, este conjunto del que dependen nuestras emociones y pensamientos al que llamaremos A debería actuar sobre otro B de modo tal que B se sienta de determinada forma. Pero tranquilamente B podría no existir por lo que la totalidad del individuo estaría contenida en A o en un conjunto mayor que contenga a A.
O B debería actuar sobre otro C (el que sería el individuo en sí mismo para provocarle un estado) lo cual no tiene sentido porque B estaría en vano o los infinitos conjuntos que podamos crear entre A y C estarían en vano. Por lo tanto C pasa a cumplir el rol de B y por lo que vimos anteriormente, entonces el individuo debe ser A o un conjunto que contenga a A que no admite un B aislado independiente.


Fig.3: Eclosión


Así, el cambio es constante, no existe algo indivisible incorruptible, el conjunto o sistema A esta en continua metamorfosis, estamos en continua mutación, perdiendo ésto y remplazando lo otro. Pero no podemos aceptarlo porque destruye nuestra individualidad completamente, tenemos que creer sí o sí que somos un yo único más allá de las modificaciones que sufra, nuestra percepción del tiempo y espacio ayuda a ello, ayuda a convencernos y creer en una mentira indefectiblemente. No podemos reconocer que estamos dispersos pues “alguien sufre, alguien siente dolor, sed, hambre, alguien ríe, llora, decide, debate, disfruta, se cuestiona y esa persona soy “yo”, no hay nadie ni nada detrás de mí controlando mi libre albedrío porque soy capaz de sentir”.
Contrariamente a la razón creemos en lo contrario a la dispersión o desparramamiento porque aunque las pruebas sean falsas son mucho más fuertes y los jueces son corruptos. Nunca podrá saberse entonces que es ser porque toda la lógica está en contra, y ser es sentir y para sentir, vivir e interactuar hay que ser una unidad y confiar en ella o fluir entre todo lo demás como una hoja siendo descuartizada por la corriente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En el ultimo parrafo decis algo q tiene q ver con lo q yo pienso de pensar en la existencia: nunca vas a llegar a la raiz, y aún si lo haces no te va a servir de nada, vas a estar demasiado chapita a esa altura. Pensar en nuestro funcionamiento superficialmente, (como ser: cómo reaccionamos a ciertas cosas, qué queremos), puede que sea util, (no hay garantias de q lo sea, pero creo q si). Pensar en las cosas mas profundas es poco util: no tenemos herramientas para analizar esas cosas. Es como lo q decis de la obra de arte. Quizás con la genética lleguemos a darnos una idea de como estamos hechos, pero capaz q ni con eso sepamos "de donde venimos y adonde vamos", porque no sabemos q hay "fuera" (la posible cosa q nos haya armado), ni sabemos si hay algo en realidad.
En fin, lo de siempre jejej

Me gusto el tema (y entendí casi todo, creo :O )
nos vemos